42. Tocaste fondo

pero al final
te detuviste.
Luego de caer caer caer
caer
a través de la viscosidad del aire y la arena del tiempo
insidiosa y áspera cubriendo cada tramo de piel de delicadas hendiduras
hasta debajo de las uñas carajo que tan
difícil es sacarla
y se escurre y oculta hasta que un día se ha barrido tanto que ya no se encuentra
ni un mísero granito
luego de arrastrar las manos
y mecerse en el aire tibio húmedo que sólo da pequeños besos en los párpados pero nada más, ni una sonata ni un abrazo
solo el distante beso sobre los párpados
luego de todo eso
te la diste contra el fondo.

Tardaste en llegar.
Los ojos retorcidos apretados porque
era la única manera de recibir los besos y
ay, al abrirlos
te diste cuenta que estabas ciega.
El resto de los abandonados sentidos
todo ese desparramo
de pronto es: denso.
Y palpando, leíste las hendiduras del lecho
amontonaste piedras (un fuerte) y arena (un castillo)
el tiempo finalmente suspendido
arrastrando los pies, besando las manos
esperando subir.
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